Mediante su poder tampón, ayuda a mantener una relación pH uniforme del suelo.
Mediante su poder quelatante mejora la disponibilidad para las plantas superiores de los micronutrientes.
Debido a la fuerte acidez orgánica de alguna de sus fracciones incrementa notablemente la capacidad de intercambio catiónico del suelo.
Debido a interacciones entre moléculas orgánicas, afecta la bioactividad, la persistencia y la biodegradabilidad de los pesticidas, modificando la cantidad de los mismos necesaria para su control efectivo.